Recuerdo los primeros bancos de recursos que encontré hace ya años, cuando empecé a curiosear por el mundo de las TIC aplicadas a la educación y a la enseñanza de lenguas. Me parecían fascinantes...! Muchos de ellos consistían en recopilaciones de páginas web llenas de explicaciones teóricas, posibilidades de descargar documentos de texto y oferta de ejercicios tradicionales en formatos más atractivos como los que podemos crear con algunos programas.
También viene a mi memoria cuando empecé a preguntarme de dónde sacaría el tiempo para buscar y encontrar entre tantos recursos lo que es realmente bueno o simplemente apropiado para nuestro alumnado.
Hoy los bancos de recusos son increíblemente más útiles por su concreción sobre todo en cuanto a los formatos. ¿Alguien podría imaginar, hace tan sólo una década, tener miles de videos a su disposición, todos ellos creados con intención didáctica?
Pero hay algo que, como no podría ser de otro modo, se mantiene en el tiempo: la necesidad de "filtrar" lo que es bueno y lo que nos es útil entre todo aquello a lo que tenemos acceso.
La solución tampoco parece haber cambiado: el trabajo en equipo. Solo equipos de profesores con criterios comunes como el tipo de alumnado y con programaciones muy similares podrán, trabajando juntos, conseguir el objetivo común.
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